Salud y enfermedad

 

El “gran asesino” de la salud, muchas veces secreto, es la inflamación. Responsable del cáncer, del ataque cardiaco, del Alzheimer, de las enfermedades artropáticas, de las autoinmunes y de prácticamente todas las enfermedades crónicas.
En la inflamación siempre existe dolor (lo más importante de la tríada clásica “edema, rubor y dolor”), mediado siempre por los eicosanoides, que son hormonas fabricadas por cada célula del cuerpo. El Premio Nóbel de 1982 se concedió por comprender cómo los eicosanoides controlan virtualmente todos los aspectos de la fisiología humana. Son hormonas autocrinas, que no se desplazan por la corriente sanguínea, funcionan a concentraciones extraordinariamente bajas y se autodestruyen en cuestión de segundos. Derivan de ácidos grasos esenciales poliinsaturados de 20 átomos de carbono. Hay diferentes clases de eicosanoides: Prostaglandinas, Tromboxanos, Leucotrienos, Lipoxinas, Ácidos grasos hidroxilados, Isoprostanoides, Epiisoprostanoides y Isoleucotrienos.
Los eicosanoides son unas “superhormonas” que modifican las respuestas biológicas. Son reguladores celulares que actúan como llaves maestras que controlan virtualmente todas las funciones corporales ¾sistemas cardiovascular, inmunitario y los mecanismos que rigen la cantidad de grasa que acumulamos¾. Como resultado del desequilibrio entre los eicosanoides padeceremos las enfermedades citadas y muchas más: cardiopatías, cáncer, diabetes tipo II, artritis, enfermedad de Alzheimer, psoriasis, asma, depresión, fatiga crónica, etc.  Si reestablecemos el equilibrio entre ellos prevendremos estas enfermedades, ayudando al mantenimiento de una buena salud, y se convierte en el principal tratamiento de todas estas enfermedades crónicas. Todos son controlables con aceites de pescado.
Al principio el dolor  es silente ¾ no lo notamos porque está por debajo de la percepción del dolor ¾, y luego, a veces pasadas varias décadas, el dolor ya es manifiesto.
Las enfermedades en relación con el dolor silente son las que tienen que ver con la inflamación y, aunque parezca mentira, son: obesidad, diabetes tipo II, cardiopatías, cáncer, Alzheimer y se puede decir que no hay enfermedad crónica que no tenga nada que ver con la inflamación, el dolor silente y con el envejecimiento.