Con los pares biomagnéticos se puede gozar de buena salud, porque con ellos se puede diagnosticar y dar un tratamiento a cualquier tipo de enfermedad. La sanación se consigue buscando el equilibrio a nivel energético.
Usando la filosofía de la nueva medicina bioenergética, que consiste en la búsqueda de la patología humana desde el punto de vista enérgetico con la ubicación de pequeños imanes, determinando la polaridad en el cuerpo y la malignidad del efecto corrosivo de los virus, germenes y las bacterias que generan la enfermedad.
Estas conclusiones obedecen a un arduo trabajo realizado por el Dr. Isaac Goiz Durán, cirujano egresado de la Universidad de Puebla en Mexico. Con esta poderosa técnica se han curado enfermedades de miles de pacientes que han visto sanadas patologías como cáncer, SIDA, artritis, diabetes, etc.
El descubrimiento del PAR BIOMAGNETICO, confirma la dualidad, física, biológica y energética de los organismos vivos y de sus manifestaciones tanto de salud como de enfermedad, es decir que las manifestaciones patológicas y patogénicas se forman a partir de polos bien definidos -positivo y negativo- que se salen de la entropía orgánica en donde se establece como ley natural la salud.
El concepto de PAR BIOMAGNETICO, viene a revolucionar las teorías fisiopatológicas, al entender que las enfermedades virales y bacterianas están en estrecha relación, y que las primeras condicionan recíprocamente a las segundas y son simultáneas tanto en su génesis como en su presencia morbosa y también en sus consecuencias finales, vale decir, en los procesos degenerativos irreversibles.
La revisión del paciente con los principios del BIOMANGENTISMO MEDICO, establece que se genera un par bien definido de polos con carga contraria, que se ubican en partes determinadas del cuerpo y que buscan la estabilidad energética.
El descubrimiento del par biomagnético en 1988, marcó un criterio totalmente nuevo dentro del mismo biomagnetismo y de la medicina en general, al comprobar que las cargas biomagnéticas presentan una resonancia vibracional energética entre si.
A la fecha se han descubierto e identificado plenamente 115 pares biomagnéticos regulares, veinte especiales y once disfuncionales; que a su vez identifican energéticamente al mismo número de patologías de los organismos humanos.
El primer par biomagnético conocido fue el del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que se genera en el timo y recto, desde las primeras horas en que se instala el virus, produciendo en los organismos dos fenómenos simultáneos: inmunodeficiencia y seropositividad. En 1994 el Dr. Goiz descubrió que existe un sida "falso positivo" a VIH. En 1996, que existe un VIH potencial, y en 1998, que existen mutaciones del virus.
Dentro de los procesos físico químicos de la materia orgánica, el átomo de hidrógeno se encarga de asociar a otros átomos y de mantener dicha asociación estable, con un equilibrio de cargas positivas y negativas, definiendo con ello, las propiedades ácido-básicas, toda vez que el elemento hidrogeno actúa en los dos sentidos, electronegativo y cuando actúa como ion, electropositivo.
Este equilibrio cinético de cargas nos permite entender el concepto fundamental de neutralidad energética, y que aunque poseen diferente polaridad no interfiere con los procesos vitales de la Homeostasis celular u orgánica, mientras esté en resonancia bioenergética.
Las disfunciones en los órganos que soportan las distorsiones del PH, se curan mediante el fenómeno de despolarización, el cual se consigue aplicando un campo magnético de polaridad contraria a la del campo bioenergético producido por el organismo, para atraer los iones de hidrógeno, los radicales libres de polaridad contraria.
En el polo positivo se establece una acidosis del órgano afectado, también se acorta la materia y por lo mismo el órgano decrece en sus dimensiones, y posteriormente ocurren los fenómenos degenerativos, todo ello en presencia o no de virus patógenos.
En el polo negativo, ocurren fenómenos semejantes pero de polaridad contraria. Se establece una alcalosis del órgano, la distensión de su materia que condiciona un estadio de flogosis y de edema. Posteriormente ocurre la disfunción del órgano, y finalmente procesos degenerativos, y todo ello en presencia o no de bacterias patógenas.
Aun cuando las dos consecuencias finales de ambos polos son las mismas, en el caso de los polos biomagnéticos con polaridad positiva la degeneración es de tipo retráctilo cicatricial y en el segundo, es de lisis y dispersión del tejido.
El proceso curativo consigue el equilibrio energético en donde el PH es óptimo para la Salud y cuya alteración se debe a la presencia de microorganismos patógenos que distorsionan el PH normal del órgano que sustenta el fenómeno bioenergético.
Bibliografía:
"El par biomagnético" Dr. Isaac Goiz Duran
Editado por Medicinas alternativas y meditación, SA. De C.V. México 1995.